Es un punto de unión, un lugar de reunión. Un maravilloso akelarre de brujeres.
Llegamos cada una con nuestras vivencias, nuestros sentimientos, nuestros desafíos, nuestras inquietudes. Pero algo mágico ocurre con los primeros acordes de una melodía oriental de acordeones, flautas y derbakes. En ese mismo instante ocurre la magia, no hacen falta las palabras , nuestros cuerpos cobran vida y se buscan unos a otros para acompasarnos a nosotras y a la melodía. Ahora somos una.
Acudimos a la llamada de los más antiguos instintos, la manada, el movimiento.
Cruje la madera bajo nuestros pies y su sonido se convierte en el de las hojas, aquellas que los árboles dejan ir, un hermoso manto sobre la tierra del bosque. Esas hojas que mueren para dar paso a una nueva vida. Nos deshacemos de lo que ya no nos sirve, vaciamos para dejar sitio a lo nuevo que vendrá.
Se forma el círculo de mujeres, nuestras miradas se encuentran y nuestra energía se conecta para sostener el círculo. Un círculo perfecto, una unión perfecta. La energía se siente, eriza la piel y acaricia el alma. Comienza el movimiento y ya no somos simples bailarinas sino hechiceras ancestrales, en busca de la total conexión, con nosotras mismas, con el universo. Honrando a la Pachamama y a la Gran Diosa Luna. Como es arriba es abajo.
Somos herederas de un linaje de mujeres poderosas, sabedoras de sus capacidades y poseedoras de una enorme sabiduría que transpira a través de todos y cada uno de los poros de nuestra piel. Dadoras de vida. Guerreras de la luz y creadoras de un mundo nuevo.
La música nos hace abandonarnos al sentir. Ya no estamos en una sala rodeadas de espejos sino bailando con los pies descalzos sobre la tierra húmeda, sintiendo la lluvia recorrer nuestros cuerpos movidos por el pulso de nuestros corazones, tambores rituales que marcan el ritmo de nuestras vidas. Se acelera el ritmo y nuestros movimientos ondulantes dejan paso a los movimientos más salvajes más instintivos. Un trance ritual de golpes, giros y movimientos que ya no dirigimos nosotras, una fuerza poderosa se apodera de nuestros cuerpos que jadeantes caen al suelo al límite de la extenuación. Agotadas. Doloridas. Satisfechas. En común-unión con nuestras hermanas. Es círculo ha hecho tu trabajo.
Agradecidas abandonamos el círculo, felices por lo compartido y deseosas de volver a reunirnos. Gracias Gracias Gracias
Feliz fin de semana Brujeres
)O(
K bonito!!!! Me encanta la danza por eso mismo, por la unión de las mujeres en dejarse fluir, liberarse y sentir. Gracias hermanita!! ❤ ❤
Me gustaMe gusta